Continuando con este relato de tres partes os dejo con un enlace a la primera publicada hace unas semanas y a continuación la segunda entrada.
Después de establecerme un tiempo que no sabría cuantificar de una forma precisa, adquirí cierto reconocimiento entre los que se hacían llamar Creadores de Ideas, no fue difícil teniendo en cuenta la basura que allí se publicaba. Mientras el tiempo pasaba me di cuenta que era una ciudad que impresionaba más por su dimensión que por su propia entidad, la falta de civismo e higiene perfilaba de mierda las altivas torres doradas que como enormes falos apuntaban amenazantes al cielo. Por otro lado los Nicks que allí se habían establecido vagueando y sin aportar más que algún que otro comentario estúpido y quizás alguna idea que otra plagiada de otro, me defraudaron enormemente, refugiados en un mundo paralelo, atados a su condena, aunque ellos prefirieran llamarle "su hobbie,….".
Como te comentaba Yayo, en las torres que apuntaban a ese espejo de cielo que reflejaba su propio retrato, vivían los mandamases, los que traficaban con publicidad y se aprovechaban de las visitas esporádicas de los que venían atraídos por el olor a vicio y demencias, en definitiva más basura, y en la habitación 787666 de la torre 89% moraban los creadores de todo ese engranaje oxidado, mi objetivo apuntaba a esas torres y aunque nunca fui bueno trazando planes, allí me dirigí después de elaborar uno que dejaba actuar más a la improvisación que a lo realmente planificado: Aprovecharme de mi caché y reconocimiento, robar la tecla de madera y sacarla de este mundo imaginario enviándola de vuelta a mi dimensión.
Ascendía, en el ascensor vía directa a la habitación 787666, pensaba en cómo serían los amos y señores de esta creación, cómo robaría su confianza y sobre todo como coño me haría con la puñetera tecla.
21 mayo 2008
la entrada ( parte II )
Las puertas de acero dorado se abrieron
muy
despacio
despejando una decoración minimalista y traslúcida.
Enfrente, sentado en una rústica silla de madera carcomida que contrastaba con el vanguardismo que ambientaba el edificio, un niño de aspecto extraño y distante custodiando una puerta de cuatro cerraduras bloqueadas digitalmente .
Tras la puerta mi objetivo, creo…
2 comentarios :
Coño, Yayo... esto se ha puesto intrigante!!! Jodido niño de la silla rústica!!! A qué retorcidas pruebas someterá a nuestro héroe para conseguir la puta tecla de madera??
Caiser Xoxé
A saber Caiser, si te digo la verdad ni yo mismo lo se, pero seguro que SupeYayo nos depara un final sin precedentes
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