No hay nada como la soledad, me gusta, o eso intento.
Sólo.
Soy feliz.
Rodeado de dunas, sol y un calor escalofriante, aquí, en mi casita prefabricada dónde sólo quepo yo y mi Nintendo, me regocijo de lo mío y clamo a los cuatro vientos que estoy vivo, sólo yo, y mi situación.
Todo empezó el día en que pensé que yo podría ser mejor que el resto.
El otro día salí a cazar alacranes, con un pañuelo en la cabeza y un palo con punta puntiaguda, salí en busca de algo que me hiciera sentir poderoso, podría haber dormido desnudo a la luz de la luna, pero las noches en el desierto son extremadamente frías, podría no haberme bebido el último baso de agua cuando no había nada más con lo que hidratarme o haberme levantado con el pie izquierdo a voluntad propia, sin embargo elegí cazar alacranes, con un par, así soy yo. Por desgracia al final del día sólo pillé una insolación que me llevó a delirar durante algunos días.
Y en mis delirios soñé con gente, anhelé el contacto de otros, me recreé con aquel polvo, lloré cuando mis amigos me hicieron la fiesta sorpresa por mis 40, me acordé de cuando estaba perfectamente integrado, hidratado, cuando aún era alguien.
Todo empezó el día en que pensé que yo podría ser mejor que el resto.
Hoy me he despertado a las cinco, a posta, con un par, desayuné el último cacho de serpiente que me quedaba y me dispuse para un nuevo día, aquí soy más feliz, quién podría estar mejor que yo?
2 comentarios :
¿son los pensamientos -no los sueños- surealismo? Yo creo que son lo más cotidiano que tenemos, independientemente de su grado de fantasía, ¿no?
¡Qué ricos! ¡Alacranes y serpientes! Un día los probé con mojo verde y mojo picón y... ¡uuhmmmm!
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