Pudiera ser que algo estuviera cambiando.
Entre el ruido de la muchedumbre, subido en el bordillo de una fuente, con un micrófono en la mano que a duras penas cumple su función, un ciudadano anónimo confiesa su edad y afirma “haber nacido para presenciar esto”. Sus palabras no significarían nada si cada uno de los que allí estamos presentes no tuviéramos la misma sensación, aparte de sentir una mínima porción de orgullo por el simple hecho de estar en ese preciso momento en aquel lugar.
Pudiera ser que esto fuera la primera llama de una gran hoguera.
La plaza llena de almas que respiran el mismo perfume y que comparten el deseo de cambiar el rumbo de los acontecimientos de una vez por todas. Cada uno de ellos enseña su mensaje en camisetas, pegatinas o pancartas, lemas que adquieren mayor solemnidad al añadir la expresión de sus rostros. La mayoría son jóvenes, con preparación o sin preparación, pero con le fuerza que te da la convicción de estar viviendo un momento injusto.
Pudiera que ser que por fin rompiéramos el cascarón.
Mucho tiempo escondidos dentro de una pesada y hermética armadura que impide ver en el prójimo una mínimo gesto de colaboración o empatía y sin embargo, un simple papel con celofán cogido en un brazo o en el pecho y con la palabra “RESPETO” rotulada sirve para abrir la mente, relajar las tensiones internas y dejar vía libre a todo lo que viene por delante tuyo.
Pudiera ser que hoy todo quede en cenizas, pero no hay duda de que algo está cambiando.
Dedicado a todos aquellos que quieren un mundo mejor y más justo.

2 comentarios :
Pudiera ser que Gunde ha roto el cascarón para escribir sobre este acontecimiento...., me alegra enormemente. A mí me parece que algo está cambiando y que por fin salimos a la calle para reclamar lo que nos toca muy de cerca, lo que me joden son los criticones que rebajan esta acción indicando que algunos de estos que se manifiestan tienen chacha y descapotable en la puerta, puediera ser, pero no desmerece en ningún caso lo que está pasando. Hay gente para todo...
...más triste aún es oir "desprecios" institucionalizados como "perro-flautas" o comentarios de tan poco nivel, como "¿qué quieren? ¿no pagar hipoteca?"; hasta he escuchado denominarlos (¡y en el centro de trabajo!) "caterva bolchevique" (!). En fin, que mucho hay que hacer para poder cambiar, no tanto por la voluntad, que también, sino por la resistencia (que es peor). Ahora lo que toca es dar forma (no queda otro remedio) y continuidad (qué dificil!) a todo esto... porque el campamento, lógicamente, se levantará y no podemos dejar pasar el tren...
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