04 diciembre 2008

EL SALARIO DEL MIEDO

EL SALARIO DEL MIEDO
FRANCIA. 1953. 140’ B&N
Henri Georges Clouzot

02/12/2008

Nadie puede permanecer impasible durante la visualización de esta película. Algunos han dicho que puede se uno de los films con más tensión que se han rodado nunca, pero sin duda, no es “solo” eso.

Esta película debería figurar en todos los anales como un ejemplo primoroso del séptimo arte y de obligada referencia en las escuelas de cine.


Por el dominio de los tiempos, la fotografía, el realismo de la puesta en escena –a niveles primorosos-, el control del montaje, gracias también a las interpretaciones mayúsculas de Yves Montand, el más grande del cine francés de todos los tiempos, y sobre todo de Charles Vanel, la tensión se adueña de todo,

No obstante, el absoluto dominio de hacer cine que demuestra Clouzot y su equipo, consigue que ocasiones masquemos el polvo, que “oigamos” el absoluto silencio de algunas escenas, que notemos nuestra piel pegajosa por el sudor y como colofón, vivamos la desazón de comprobar que estamos bañados en petróleo. Estas son las situaciones vividas por los personajes en esta singular e insólita aventura, que consiguen llegar a nosotros a través de la pantalla, para hacernos sentir por medio del espectáculo audiovisual.

Hemos comentado que se trata de una película insólita, disfrazada de cine de aventuras… de gran cine de aventuras, pero lo que hace realmente inmensa a esta película es su carácter revolucionario y contestatario. Nunca una crítica socio-económica ha sido a la vez hecha desde un punto de vista tan lúdico y a la vez con un trasfondo ideológico tan cristalino. “El Salario del Miedo” es la crítica radical de un sistema que se alimenta de la avaricia, la ambición y las “perniciosas consecuencias del capitalismo salvaje”, para desarrollarse. No obstante, esta película se rodó en 1953, pero ¿les suena esta reflexión en plena crisis económica mundial en la que en otrora los gurús del neoliberalismo, recurren actualmente a palabras como codicia, avaricia y falta de ética, para justificar la situación actual?

No parece muy racional, pero así lo hacen sin pudor alguno estos gurús económicos, mientras gente como Clouzot, que ya pensaban así en los 50, han sido desterrados ideológicamente o tratados condescendientemente debido a su halo de prestigio intelectual, pero desconsiderados por sus ideas (pienso ahora en Saramago por ejemplo, por su reciente presencia en los medios). Desgraciadamente, este es otro debate.


Esta película pues, es una Obra Maestra por dos razones principales: porque en primer lugar, es una obra de arte en sí misma, realizada con el placer de un clásico de aventuras, con pasos de montañas, curvas y carreteras imposibles, nitroglicerina a punto de explotar, enfrentamientos entre los personajes, etc., etc. Y en segundo lugar y sobre todo, porque su verdadero interés está en porque los comentados personajes emprenden esta falsa aventura, a pesar de saber que cuentan con todas las posibilidades de morir en el intento. Y es aquí, como decimos, donde el film es letal -nunca mejor dicho-: los personajes arriesgan su vida por avaricia y codicia, pero también por desesperación, por ser los desheredados, por estar fuera del sistema y lo que no es menos importante, porque éste, el sistema, es intangible e incontrolable, mientras que los personajes son meros instrumentos. Y como demuestra toda la historia hasta el final, no hay recompensa posible independientemente del resultado de la misión; solo emprender el intento te convierte en una víctima.

Por todo esto e insistimos, por la fusión indeleble entre el valor fílmico y su cristalino mensaje, esta película es impresionante, una demostración enciclopédica de la utilidad y valor del séptimo arte, desde el punto de vista plástico e ideológico.

En este punto, es importante rescatar algunos aspectos importantes de la figura de Clouzot, sin duda el auténtico outsider del cine francés. Su cine es especial y no solo por situarse generacionalmente, antes de aquellos jóvenes que quisieron revolucionar el cine con la Nouvelle Vague; él combatía el cine más en boga con las mismas armas pero desde un posicionamiento de autor radical. Algunos le sitúan más cerca de Hitchcock por su habilidad en la creación de entornos y ambientes opresivos, o del Cine Negro clásico –género que él dominaba y recreaba de forma ejemplar (desde un conocimiento profundo de la literatura de este genéro)-. No obstante, su militancia inflexible y su tono incorruptible, es realmente una de las características más celebradas de este autor. De esta forma, un film como El Cuervo, rodado en 1943 en plena ocupación nazi de Francia, fue primeramente considerada una película colaboracionista para posteriormente ser descubierta como un ataque diametral a la actitud francesa ante la ocupación, algo que desde el principio situó al Director frente a la mayor parte de la sociedad de postguerra de su país, que aún no estaba preparada para afrontar reproches semejantes.

Posteriormente, llegarían El Salario del Miedo que descubriera al mundo a un joven Montand y ganara todos aquellos festivales en los que participara, Diabólicas su mayor éxito y uno de los más grandes del cine francés a pesar de tratarse de una historia de bisexualidad, infidelidad, traición y asesinatos en plena década de los 50 y de influencia clara en Hitchcock y los jóvenes directores franceses; luego vinieron algunas películas más o menos radiales y más o menos experimentales, que en cualquier caso deben seguir siendo revisadas para situar a Clouzot entre los grandes, como ya han hecho algunos expertos e intentado hacer más de un director al revisionar películas suyas. Por ejemplo, el a veces gran W. Friedkin perpetrando una imitación de El Salario del Miedo con Sorcerer en 1977; el reputado Otto Preminger en 1955 con Cartas Envenenadas y por último, un mediocre Chechick en 1996 aprovechando el tirón de unas estimables Sharon Stone y Sophie Marceau, intentando revisionar Diabólicas.

Por último, solo demostrar lo imborrable en el recuerdo de esta película, en escenas como la del paso de los camiones cargados de nitroglicerina entre puertos de montaña cruzados por desvencijados puentes, o la impactante forma de vencer los obstáculos que los derrumbamientos dejan en el camino, o por encima de todo, el “baño” en petróleo de los protagonistas en la parte final del film. Cine en estado puro, directo al corazón y … a la conciencia.


FICHA DE LA PELÍCULA

TITULO ORIGINAL Le salaire de la peur
AÑO 1953
DURACIÓN 140 min. FRANCIA

DIRECTOR: Henri Georges Clouzot
GUIÓN: Henri Georges Clouzot & Jerome Geromini (Novela: Georges Arnaud)
MÚSICA: Georges Auric
FOTOGRAFÍA: Armand Thirard
REPARTO: Yves Montand, Charles Vanel, Vera Clouzot, Peter Van Eyck, Folco Lulli, William Tubbs, Dario Moreno, Jo Dest

1953: Cannes: Palma de Oro, mejor actor (Charles Vanel) y Gran Premio para HG Clouzot
1953: Berlín: Oso de Oro a HG Clouzot
1954: Premio de la crítica francesa a la mejor película
1955. BAFTA Awards al mejor film. Francia.

1 comentarios :

muy currao Roy, como siempre, no olvidaré apuntarla para su visionado

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